Macaria España.
San Juan de la Vega, Guanajuato.
5 de marzo de 2019.
Los «truenos» o «martillos explosivos» se han convertido en una tradición a lo largo de 200 años y son la principal atracción del Carnaval de San Juanito (San Juan Bautista), patrono de la comunidad de San Juan de la Vega, perteneciente al municipio de Celaya. Esta festividad se realiza año con año, los Martes de Carnaval desde la madrugada, previo al Miércoles de Ceniza con el que inicia la Cuaresma.
La celebración inició con un tinte religioso para honrar a San Juanito, como le llaman cariñosamente los habitantes, quien es llevado en procesión por las calles del pueblo, hasta que llega a la casa que lo albergará durante un año. El propósito es demostrar la fe y devoción por él. Es así como una gran cantidad de jóvenes sanjuanenses e incluso de comunidades aledañas, se dan cita para explotar la mezcla de pólvora, cloruro de potasio y azufre con los marros que pesan entre 20 y 40 kilos, lo que produce explosiones que logran cimbrar la tierra y ensordecer a quienes no lleven un par de tapones de oídos.
A lo largo del recorrido por las calles, los «truenos» resuenan en cada esquina y al llegar al jardín tienen un enfrentamiento representando «El robo» entre un bando de «malos» que son los ladrones y el otro, de los «buenos». Los mayordomos, quienes organizan la celebración pidieron a los participantes que los «truenos» fueran prudentes para no arriesgar la integridad de ellos, así como de los asistentes, ya que se han dado graves accidentes en anteriores ocasiones.
Posteriormente, se dirigen al campo de fútbol ubicado en una de las orillas del poblado en donde se realiza una especie de duelo de truenos, sin que exista competencia de por medio. Cada uno de los participantes, la mayoría de ellos protegidos con cubreboca, tapones de oídos, lentes y gorras, entra al campo y trata de realizar su mejor golpe sobre la plancha (riel) de metal para que se produzca una explosión más contundente. Algunos de los «tronadores» esperan con ansias por un año para realizar esta actividad.
MIGRANTES FESTEJAN
A pesar de la lejanía con su comunidad, algunos emigrantes de la comunidad recuerdan este festejo, así es como una de las familias sanjuaneses realizan comida para regalar y repartir en el campo de «truenos» a todos los que ahí acuden.
«Para nosotros, estamos agradecidos a San Juan, mis hijos son devotos de él, uno de ellos ha mandado de Estados Unidos para ofrecerles aquí a los muchachos que echan truenos, porque ellos se han dedicado a eso, mis hijos, estamos agradecidos a él porque les hemos pedido muchos milagros y él nos los ha hecho. De hecho mi hijo está allá, porque se encomendó a él y con mucho gusto estamos aquí reunidos con todas las personas», comentó la jefa de familia.
La devoción de ellos no es repentina, pues comentó que tiene 55 años de ser devota de San Juan y esa fe ha pasado de generación en generación en su familia y eso explica el porqué realizan la acción de dar alimentos, que nace de la devoción hacia el santo patrono.
«Él (mi hijo) no puede venir para acá porque no tiene papeles. Él me dice: «yo nunca voy a dejar de ser de allá mamá y de creer primeramente en Dios y después e mi San Juanito», finalizó.
Aunque reconoce que a muchas personas no les gusta la celebración, piensa que es por la falta de creencia en San Juan, porque finalmente lo que suceda ese día es por Dios.
NO SIEMPRE QUIEREN TRUENOS
A lo largo de los años, algunas autoridades han tratado vanamente de prohibir el festejo por el riesgo que implica el uso de explosivos. Algunos de los habitantes concuerdan en que deberían de limitar la quema de pólvora.
Para la señora Antonia, lo mejor es salirse del pueblo por algunas horas, ya que considera que la celebración religiosa no tiene nada que ver con que echen «truenos» y solo es un pretexto para que los vagos hagan desmanes.
La policía, así como cuerpos de socorro estuvieron presentes durante las horas de mayor detonación de truenos para atender cualquier emergencia o alteración del orden, pero hasta la tarde de este día, sólo habían realizado los uniformados llamados de atención y no se había reportado algún herido de gravedad, simplemente heridas menores.
La devoción por San Juanito perdurará, al igual que la celebración de los «truenos», pues a decir de algunos de los pobladores, es parte inherente a ser de San Juan de la Vega.
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